Escritura automática

Hacía un mes que él había partido; y aunque parezca increíble, es verdad. Y aseguro que es tal cual como lo cuento. Resulta que me fui a dormir, como todas las noches. Entre sueños, empecé como a “escuchar” algo así como la letra de una canción, o algo recitado, no sé bien... me desperté y sentí un impulso especial. Aseguro que fue una experiencia tan rara, por llamarla de alguna manera, que me es imposible describirla con ninguna palabra conocida... un impulso irrefrenable de escribir.

Y escribí. Lo raro y especial es que no sabía lo que escribía. Y hasta mi letra estaba bastante irreconocible. Cuando terminé, al cabo de unos pocos minutos -creo- pude leer lo que había escrito. Al día siguiente empecé a investigar qué era lo que me había pasado. Escritura automática se llama. Es decir, escribí yo, pero no fui yo. Fue él.

Y es que la muerte no existe. Es sólo un cambio de estado o de dimensión, es un regreso a la Luz de la que todos provenimos.

Como en el libro "Dios me habló" de Eyleen Caddy, o "Karine, o el vuelo de la mariposa" de Ivonne Gray, o la película "Conversaciones con Dios" basada en los libros de Neale Donald Walsch, pero acá cerquita, en mi casita de Lanús, una noche cualquiera.... lo que escribí -o mejor dicho- lo que recibí en escritura automática esa noche, fue exactamente esto:

 

La puerta se cerró, y sin embargo...

una puerta de luz se abrió, maravillosa

con el brillo infinito del amor eterno

y el calor incomparable de caricias hermosas.

La belleza conocida se perdió en el ocaso

ante el impacto dulce de lo realmente bello;

es que acá el amor no se expresa en palabras,

pero puede sentirse del modo más tierno.

No creas que me fui, estoy a tu lado

en cada pedacito de tu llanto enjugado

en cada sinsabor en que te ponen a prueba

para darte el sostén y alcanzarte mi mano.

Quiero que creas en la vida eterna

lo que te espera es mejor, te lo aseguro

que tengas mucha fe en lo cotidiano

y el camino de luz te irá guiando.

Veme en las mariposas, en los pájaros

búscame en las palabras que uno a uno he dejado.

Siembra siempre amor, y amor habrás cosechado

 

el camino es difícil, pero no se ha acabado.

Trata de ser feliz, te lo suplico.

Por el bien de los dos es necesario.

Yo te estaré esperando de este lado

y juntos otra vez, y de la mano

sembraremos amor... que no es en vano.

 

Escrito por Daniel A. , recibido por su esposa.

Lic. Laura Deraco

Escritora, docente y terapeuta transpersonal y sistémica

1 pensamiento sobre “Escritura automática

  1. Hola e leído el libro y quedé realmente impactada pensando en mi nuera .viuda. y ese mibro me llevo a conocer a un ser de luz agradezco.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *