Más cerca del Cielo

Te invito a conocer la introducción de mi nuevo libro, próximo a editarse. En él vas a encontrar testimonios de muchas personas que han vivido experiencias especiales en relación a la vida en el Cielo, o la Vida después de la Vida... o los mágicos -y reales- habitantes del mundo invisible. No te lo pierdas, estoy segura de que te va a gustar.

La puerta está abierta

“¿Te has dado cuenta de lo grande que es la Luna cuando sale y lo pequeña que es cuando está en lo alto del Cielo? Eso depende de tu perspectiva. En realidad, no importa dónde está el Cielo o dónde estás tú en el mundo, puedes estar en el Cielo aún estando en la Tierra” ¹

Vení, pasá….te invito a conocer el mundo invisible que nos rodea. A vos, a mí, a todos los que habitamos este bendito planeta azul.

Te aseguro que te vas a sorprender, te vas a emocionar, y vas a crecer como crecen las flores cuando las cuidamos y las regamos con amor. Vamos a regar la vida cotidiana con esperanza celeste, con experiencias rosadas, y con certezas de todos los colores del arco iris.

Vamos a aprender a ver con los ojos del alma los avatares mundanos; a escuchar campanadas con alitas de plumas, a descubrir el brillo infinito de la eternidad.

¿Te cuento un secreto? Mientras escribo, estoy escuchando el susurro de mi ángel guardián, que me guía desde lo alto y me acompaña siempre; cuando estoy feliz, para regalarme una sonrisa cómplice; cuando estoy triste, para darme un abrazo contenedor; cuando tengo miedo o estoy desorientada, para soplarme al oído una idea que me ayude a estar bien.

Y ahora. Ahora también me acompaña, igual que el tuyo te acompaña a vos. En este mismo momento, millones de ángeles y seres de luz están a tu alrededor poblando un mundo que, para muchos todavía es desconocido.

- ¿Y ahora qué pasa Agostiel? Se llama Agostiel. Su nombre termina en “el” como todos los nombres de ángeles. Me contó que él traía otro nombre estelar cuando lo designaron para que sea mi custodio, pero que yo podía bautizarlo como quisiera. Entonces, cuando supe de su existencia, lo bauticé.

- ¡Todavía me acuerdo! Estuve años hablándote al oído desde que naciste en esta vida…jugábamos juntos cuando eras chiquita, me senté en el banco de al lado desde tu primer día de clases en la primaria, me emocioné con tu primer beso, avisé a todos cuando tuviste aquél accidente en la adolescencia, bailé, canté, disfruté y lloré contigo en cada momento, y tú….nada.

- Bueno, bueno…cada uno a su tiempo. Es imposible para nosotros, los humanos, que miramos el mundo por dos ventanitas chiquitas -que en ocasiones hasta necesitan lentes- poder apreciar todo lo que existe. ¿Por qué mejor no nos contás un poco cómo es tu mundo, ese que los hombres no pueden ver?

- Porque la que escribe eres tú.

Desde que aprendí a conversar con Agostiel, le pregunté mil veces porqué me habla de tú, con ese español neutro, si yo soy más porteña que el tango. Me explicó que los ángeles son muy refinados, casi aristocráticos, y entonces esa es la forma más humanizada que encontró para acercarse a este mundo y comunicarse: un lenguaje neutro. Porque en realidad, el lenguaje angélico es ininteligible para nosotros.

Me explicó muchas cosas más: de su mundo, del nuestro, de la vida y la muerte, de las pruebas y los trabajos prácticos de la escuela de la vida, del bien y del mal, de la ciencia, de las religiones, de cuerdos y locos, verdades y mentiras, portales, guías, maestros…y más, mucho más.

En este libro voy a compartir muchas de las cosas que aprendí en todos estos años, desde que me abrieron la puerta. La puerta del Cielo, claro. Esa puerta que para algunos, permanece cerrada toda la vida, o casi; hasta que un día, generalmente de la mano del dolor, se abre…y entonces todo cambia. El mundo imperceptible se vuelve tangible a simple vista, y pasamos a vivir conectados con nuestro verdadero ser, el alma. Ese ser imperturbable y eterno compuesto de Amor, Paz, Verdad, Libertad y Felicidad.

Claro que las vicisitudes de vivir en el cuerpo aquí en la Tierra hacen que en ocasiones nos desconectemos de lo esencial, distraídos en lo mundano. No me olvido de las noticias, la economía, la brecha, la inseguridad, las nanas del cuerpo, las leyes, las luchas…en fin, no me olvido de tener los pies aquí, como todos. Pero por suerte aprendí a volver. Aprendí a tener la mirada allá, en la puerta; porque es lo que me permite comprender, hacer y rehacer. Del otro lado de la puerta no hay dólar blue ni brecha ideológica alguna; no hay corrupción ni intereses creados; no hay siquiera diferencias conyugales ni familiares.

Desde hace unas décadas, la puerta del Cielo está abierta para todos. Sólo es cuestión de animarse a mirar. Si te animás, seguramente vas a encontrar nuevas explicaciones a viejos eventos, nuevas soluciones a viejos problemas, nuevas maneras de entender la muerte, nuevas formas de vivir mejor.

Voy a mostrarte que todos estamos Más cerca del Cielo de lo que creemos; o el Cielo más cerca de la Tierra, que es igual. Voy a desarrollar algunos conceptos de Angelología, pero también voy a narrar experiencias directas propias y de otras personas, que dan testimonio fiel de esta verdad.

Es un arduo trabajo, no creo que pueda hacerlo sola.

- ¿Me acompañás Agos?

- ¡Claro!...como siempre, será un placer estar a tu lado. Y qué bueno es que  me hayas llamado, seguro recuerdas que nosotros no tenemos libre albedrío como los humanos; si no me invocas, no puedo actuar.

Muchas personas se angustian cuando no reciben nuestras ayuda…es muy triste, pero no podemos intervenir sin permiso.

- Buen dato para tener en cuenta. Empecemos por los ángeles ¿qué te parece? Es lo que la gente más conoce de tu mundo.

- ¡Adelante! Comienza tú. Si tienes calor, te abanico un poco con mis alas plateadas, y me quedo atento, para ayudarte a recordar...

¹Frase de la película: Querido John, año 2010