Robótica en la escuela

La Robótica es una rama de la Tecnología que ha ido insertándose paulatinamente en todos los ámbitos y disciplinas del saber, incluida la educación. En relación a este tema, Bill Gates -el creador de la empresa Microsoft Corporations, afirmó en una entrevista que "los robots cumplirán en un futuro no lejano, una función muy importante en la asistencia a personas de edad avanzada, incluso hacerles compañía", frase ésta que ocasionó gran alarma y rechazo en algunos ámbitos educativos más relacionados con lo humanístico y con el despertar espiritual del que somos parte.

 

Ahora bien: reflexionemos un poco sobre la idea de un robot. Los más actuales, dotados de la llamada inteligencia artificial,  son capaces de mantener una conversación, buscar distintas soluciones a un mismo problema, resolver situaciones enigmáticas de manera creativa, y hasta hacer bromas y reirse; por lo cual podríamos pensar que, si bien no poseen sentimientos ni otras características humanas, podrían resultar un producto cultural útil para el trabajo en ambientes hostiles para el hombre, o tal vez, podrían sustituirlo en ocasiones en pos de su descanso y recuperación. Y algo más: si nos detenemos a analizar la forma de vida en las grandes ciudades, sobrehabitadas por personas apuradas, invadidas por el estrés y acorraladas por el trajín cotidiano, los robots podrían resultar una genial incorporación para el alivio de hombres y mujeres, dado que podrían reemplazar la mano humana en muchas actividades.

Pero no nos olvidemos de colocar cada cosa en su lugar. En la realidad educativa actual, conviven propuestas de innovación tecnológica con planteos surgidos ya hace algunas décadas, más basados en la educación del ser. Y en este sentido, suelen aparecer eternas controversias. Existen muchos tabúes por derribar, y muchos miedos. Los defensores de la tecnología sostienen que la aparición de internet y las redes sociales han generado un cambio muy positivo en la educación, ya que exime a alumnos y docentes de mecanismos repetitivos de retención de conocimientos que resultan híbridos a la hora de implementarlos, para dar lugar a la construcción de aprendizajes ubicuos y colaborativos. En tanto, sus depredadores afirman que en el futuro los docentes no tendrán trabajo, porque los robots ocuparán su lugar.

Pero, ¿por qué deberíamos pensar de manera tan negativa, tan apocalíptica? ¿Por qué mejor no enfocarnos en emplear la robótica en algo que nos ayude a mejorar la educación y también nuestra calidad de vida a futuro? ¿Cómo puede contribuir la robótica con este objetivo a mediano plazo?

Algunas expresiones repetidas entre los maestros de hoy son: “a los niños de hoy no les interesa nada”, “están tan sobreestimulados con lo visual y lo tecnológico que se aburren en clases”, “los niños que tienen acceso a la tecnología se burlan de los otros que no tiene medios para acceder a esos recursos”, y podríamos seguir enumerando muchas afirmaciones por el estilo.

Volvamos al principio. ¿Cómo podríamos emplear la robótica en la escuela para generar estrategias de enseñanza que tiendan a que los niños recuperen el interés por aprender? En primer lugar, el docente debe  aprender, ya que no puede incorporar nuevas herramientas a sus prácticas pedagógicas desconociendo el potencial y la diversidad de aplicaciones que tiene. En segundo lugar, derribando los tabúes de la ficción; la robótica no es la solución mágica a los problemas de la educación, pero puede generar situaciones de aprendizaje interesantes que entusiasme y estimule la creatividad en los niños desde temprana edad. En tercer lugar, dejando de lado el escepticismo; esto es: confiando. En cuarto lugar, generando espacios y roles entre los niños donde se sientan cómodos y que sus aportes sean interesantes e importantes para el logro de un objetivo en equipo: construir un robot o mecanismo automatizado y ser capaz de comprender y explicar su funcionamiento.

Incluir la robótica implica para el docente mucha apertura mental para abandonar viejas estructuras de la escuela conductista, en la cual el docente impartía la enseñanza y los conducía por un único camino a la resolución de un problema. Con la robótica los niños son los que proponen las maneras de solucionar el problema, y se reparten las tareas para llevar a cabo el trabajo, forman parte de un equipo que realiza un trabajo socializado, y cada uno debe aportar con responsabilidad para llegar al logro común. Deben construir un prototipo que incluya partes mecánicas, partes electrónicas y materiales de sostén. Luego lo deben programar a través de un software especializado para robótica, y por último someterlo a pruebas y modificaciones para mejorar su funcionamiento. Un camino puede bifurcarse, surgirán inconvenientes, también discusiones acaloradas y es ahí en donde el docente deberá mediar para ayudar a los niños a no perder el hilo conductor y el objetivo propuesto. Los docente también deberán trabajar en equipo: tal como en mi experiencia durante el proyecto que llegó a su fin este año: debí recurrir a la ayuda de varios profesionales de la Escuela de Robótica de Posadas, que brindaron ayuda y asesoramiento; y a otros docentes que también colaboraron en el armado de la maqueta. Los niños desarrollaron un espíritu de compromiso con sus pares, y desarrollaron el sentido del deber, de la responsabilidad. Se sintieron protagonistas al defender el proyecto de su escuela con orgullo, dejando de lado el individualismo y trabajando de manera colaborativa.

Comparto un link en el que se ve la maqueta con el robot funcionando y la explicación sintética del proyecto.

https://www.youtube.com/watch?v=OsGWlXVbfPw&list=PL1nAhk3M_bG2v9y7B95T1eUAlBTq8zAM4&index=89&t=102s

Estamos en camino. Tratemos de superar viejos preconceptos y controversias y trabajemos con los niños. Tenemos mucho más que aprender de ellos.

Alejandra Ronchi

Profesora de Informática 

Capiovi, Misiones

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