Hace unos días se hizo viral un texto que simula una carta escrita por un adolescente a sus padres. Desconocemos su autor, pero refleja a las claras el sentimiento profundo de nuestros hijos adolescentes, y despierta en los adultos una actitud responsable y abierta respecto de las conductas tan habituales en estos "casi niños" o "casi adultos" que pueblan los hogares de las familias de todos los estratos sociales.
Hoy, que estamos consternados por las noticias protagonizadas por adolescentes sin límites, tal vez este escrito nos invite a reflexionar acerca de cómo pararnos frente a nuestros hijos, para contener sin permitirlo todo, para acompañar sin invadir, para enseñar sin reprimir, pero fundamentalmente para estar presentes sin abandonar nada, teniendo en cuenta que nuestros hijos son la empresa más importante de nuestra vida, y el presente y futuro de nuestra familia y de toda la humanidad. Ser Padres...es un camino de ida.

Aquí, la carta:
Queridos mamá y papá: Ésta es la carta que yo quisiera poder escribirte. En este momento estamos en una lucha, una lucha compuesta de peleas, silencios, reclamos... Yo necesito esta lucha. No te lo puedo explicar mejor porque no tengo palabras para hacerlo y si te lo explicase, no tendría sentido alguno; pero necesito esta lucha, la necesito desesperadamente. Necesito odiarte ahora y necesito que tú sobrevivas a mi odio y a la rabia que te hago sentir. Necesito esta lucha aunque la odio a ella también. No importa de qué se trate: mi hora de llegada, los deberes, la ropa sucia, mi cuarto desordenado, el móvil, el salir, el quedarme en casa, mi novio, mi novia, no tener amigos, tenerlos y que sean mala influencia. No importa el tema, yo necesito luchar contigo y necesito que tú reacciones a ello y te enfrentes conmigo. Desesperadamente necesito que sostengas el otro lado de la cuerda, que la sostengas con fuerza mientras encuentro como sostenerme en este nuevo mundo en el que siento que estoy entrando. Antes yo sabía quien era, quien eras tú, quienes éramos “nosotros”, pero ahora no lo sé. Ahora estoy buscando mis contornos y a veces la única forma de encontrarlos es provocándote. Cuando empujo todo lo que soy capaz, encuentro mi contorno, tropiezo con un límite y es ahí donde siento que existo y por un minuto puedo respirar. Sé que añoras el niño(a) que fui, y a veces tu añoranza es demasiado dolorosa para mí ahora. Yo necesito esta lucha y necesito ver que no importa lo malos o grandes que sean mis sentimientos, a ti, no te van a destruir. Necesito que me quieras aún en mis peores momentos, aún cuando parece que yo no te quiera a ti. Necesito que te ames y me ames por los dos ahora. Sé que es horrible que te etiquete de malo. Yo me siento de la misma manera por dentro, pero yo necesito que tú lo toleres y que busques la ayuda de otros adultos, porque yo no puedo ahora. Si quieres reunirte con todos tus amigos y tener una reunión “sobreviviendo a mi hijo adolescente” está bien; si necesitas hablar a mis espaldas, no me importa. Sólo no me des por perdido. No te rindas en esta lucha; la necesito. Esta es la lucha que me enseñará que mi sombra no es más grande que mi luz. Esta lucha me enseñará que los sentimientos malos u oscuros no significan el término de una relación. Esta lucha me enseñará a escucharme, aún cuando pudiera decepcionar a los demás. Y esta lucha en particular llegará a su fin. Como cualquier tormenta, se calmará. Y yo olvidaré y tu olvidarás. Y regresaré. Y yo necesitaré que tú tomes la cuerda de nuevo. Yo te necesitaré a ti del otro lado cuando esto termine, por muchos años. Sé que no hay satisfacción inherente en este trabajo tuyo de ser padre, y lo más seguro es que yo no te agradeceré por hacerlo o que recibas reconocimiento por mi parte. Muy por el contrario probablemente te criticaré por todo el trabajo difícil que realizas y me parecerá que nada de lo que hagas es suficiente; y aún así cuento enteramente en tu habilidad de mantener esta lucha. NO importa cuanto te discuta. NO importa cuanto te grite. No importa lo silenciosa que sea esta lucha. Por favor, no sueltes el otro lado de la cuerda; no dudes que estás haciendo el trabajo más importante que alguien pudiera hacer para mí en este momento. Con amor, Tu adolescente.
